En nuestros planes no estaba escribir sobre esta situación actual, así como no estaba planeado estar en casa por estos días. Incluso teníamos en lista escribir sobre otras cosas, pero antes que eso teníamos muchas más por hacer. Es que la cuarentena llegó para darnos un respiro y entender que el tiempo no lo manejamos nosotros. Aprovechando este tiempo en casa, quisimos también escribir sobre cómo la cuarentena nos impactó inicialmente de una manera negativa y preocupante y cómo la estamos convirtiendo en una oportunidad muy positiva.
En redes sociales y medios, solo se comenta del Covid-19. Leemos y escuchamos buena información, falsa información, vemos memes y todo el mundo tiene su historia y cada quien ha manejado esto a su propio criterio. Nosotros no pretendemos opinar, ni dar consejos, ni seguir romantizando la cuarentena, sino que queremos contar cómo la estamos afrontando y cómo la pensamos afrontar siendo nosotros fotógrafos sociales independientes con una familia qué cuidar.
Hace 10 días, a través de las cuentas personales, muchas celebridades invitaban a quedarse en casa y, antes de que la situación en Colombia empeorara, nosotros comentábamos que inicialmente era muy fácil invitar a quedarse en casa viviendo en una mansión, con muchas comodidades y con despreocupaciones económicas y laborales. Ni siquiera lo comentábamos por nosotros mismos, sino pensando en quienes sí o sí se ven obligados a salir a trabajar para poder sostener un hogar. La crisis fue empeorando y las restricciones aumentaban y no dimensionábamos hasta qué punto nos tocaría nuestro hogar y nuestro trabajo. Sin embargo, atendíamos con cuidado las recomendaciones de autocuidado y estábamos atentos a los cambios. En una conversación mientras conducíamos a casa, mencionamos dos preocupaciones adelantándonos a los hechos: la primera y obvia era nuestra propia salud y la de nuestros hijos; y la segunda, nuestro trabajo y el no saber qué pasaría. La primera sabíamos cómo enfrentarla, pero temíamos un contagio ante los eventos masivos que se acercaban; y para la segunda no teníamos respuesta. Nuestro trabajo y nuestro ingreso económico depende únicamente de lo que nosotros hagamos y eso implica siempre salir y siempre tener contacto con muchas personas, pero, ¿qué pasaría si los eventos se cancelaban o se aplazaban?
La preocupación aterrizó con más fuerza el pasado domingo cuando las cancelaciones llegaron en cadena. Se canceló un workshop en Bogotá que esperábamos hacía mucho tiempo y a solo un día de realizarse, se aplazaron tres bodas, dos aún están en duda, se cancelaron varias sesiones familiares y dos viajes laborales más. Mientras escribíamos esto nos cancelaron otra boda. Nos impactó fuertemente porque nuestros planes a corto plazo eran de mucho trabajo y estudio. A pesar del estrés, mantuvimos la calma y tomamos cada caso de manera particular.
Dejando a un lado lo personal, nos preocupaba mucho las familias y parejas que acompañaríamos por estos días. Entendíamos su tristeza por aplazar una boda y tratábamos de consolarlos. Y fueron ellos mismos quienes nos consolaron dándonos parte de tranquilidad.
Ayer lunes fue un día de transición de negatividad a positivismo. Decidimos cambiar la preocupación por tranquilidad y entender que no éramos los únicos que haríamos una pausa y que nadie nos aventajaría; que casi todo el mundo debía parar; que era la oportunidad para aventajarnos a nosotros mismos aprovechando el tiempo; que era la oportunidad para reencontrarnos. Sin embargo, no dejamos de pensar en quiénes deben trabajar y salir y aún más cuando ellos hacen parte de nuestra familia.
Entonces ustedes quizá se pregunten qué haremos durante esta cuarentena y fue lo mismo que nosotros ayer nos preguntamos. Encontramos la respuesta en nuestros hijos. Si ya leíste nuestra publicación de “trabajar en casa con dos hijos”, entenderás que la realidad no cambia mucho, solo que lo haremos con más paciencia. Tendremos más tiempo para jugar, para aprender las canciones que Josué llega cantando del colegio y para seguir enseñándole, para cuidar y animar más a Rafael que, a sus 7 meses, ya quiere caminar; para compartir más como esposos y hacer actividades de ocio que hace tiempo no podemos hacer; y para cocinar cosas nuevas. Y lo más importante es que, este tiempo es perfecto para orar más, pues no es casual que llegue en Cuaresma y queremos aprovechar estos días para agradecer y valorar.
Respecto a nuestro trabajo, seguiremos poniéndonos al día con fotos, con publicaciones y proyectos; seguiremos escribiendo nuestro blog; reforzando nuestra página web; generando ideas y nuevos proyectos. Aprovecharemos para estudiar más valiéndonos de la solidaridad de tantos fotógrafos que comparten sus conocimientos; y nos tomaremos muchas fotos, como la que encabeza esta publicación.
Esta cuarentena la queremos llevar con mucho positivismo, aprovechando cada segundo y cuidando nuestros hijos. Más que nosotros, quedarnos en casa es cuidar también a los que no pueden quedarse. Necesitamos gestos de solidaridad y el primero es quedarnos en casa. Un gesto tan sencillo que demuestra caridad y amor por los otros, porque entre más rápido nos distanciemos, más rápido nos abrazaremos.