En conversaciones con clientes o amigos, frecuentemente hacen dos preguntas: "¿Con quién dejan a los niños cuando salen a trabajar?" y "¿Cómo hacen cuando trabajan en casa?" La primera es fácil de responder, pero la segunda también nos la preguntamos y aún no sabemos responderla, así que este será un primer intento.
Decía el título de un pseudo-estudio que aparecía en facebook, que "las personas con hijos son más productivas" y a la fuerza estuvimos de acuerdo. Decimos a la fuerza porque no lo creíamos antes, pero al crecer nuestros niños, concluimos que es cierto. Ellos te obligan a multiplicar tu tiempo, dividir tareas, ser más ágiles y descansar poco (o nada).
Ser fotógrafos y trabajar desde casa requiere disciplina y orden. Además de los quehaceres del hogar (que son miles), debemos disponer de horas en nuestro estudio en selección y edición de fotos, diseños, manejar redes sociales, actualizar página web, atención a clientes... La lista es más larga. Pero suena más terrible si todo eso se hace sin un horario específico y con dos hijos que requieren nuestra atención todo el tiempo.
Para que el tiempo se aproveche, un día normal podría empezar a las 6:00 a.m. frente al computador o 5:00. a.m. si el trabajo es mucho. Son las dos o tres horas más productivas y silenciosas del día hasta que los chiquitos se despiertan. De ahí regresamos después de almuerzo donde el trabajo en la tarde es intermitente, por turnos y nada silencioso. Una descripción común de Gisela sería editando fotos, lactando a Rafa y Josué gritando por la casa; y de Jhon, editando con Josué saltando sobre él. En la noche, decidimos algunos días trabajar (o intentarlo) y otros, solo estar con los niños.
Rafael es quien menos tiempo requiere, pero Josué requiere todo cuando nos incluye en sus roles de bombero, policía, constructor, doctor o su nuevo rol de fotógrafo como papá y mamá con su nueva cámara de juguete que toma fotos de verdad. A Rafael incluso lo cargan nuestros clientes en las reuniones y Josué muestra todas sus fotos.
La respuesta a la segunda pregunta aún no la sabemos, solo sabemos que amamos esta hermosa y caótica vida con ellos. Siempre hemos estado convencidos de que el tiempo con nuestros hijos es primordial y queremos que crezcan con nosotros en casa y somos felices haciéndolo. Nos consideramos afortunados porque nuestro trabajo lo permite y es por eso que trabajamos con más amor para cuidar y conservar lo que hemos construido juntos.
Casi lo olvidamos. La primera pregunta es fácil responderla porque tienen dos amadas abuelas que nos hacen trabajar tranquilos, pero lo malo es que los extrañamos mucho.
Y por cierto, esto lo escribimos con Gisela lactando a Rafael y Jhon sirviendo de colchón a Josué.
Gracias por leernos.
Gise y Jhon.