Bodas

Cuando les hemos contado que amamos las bodas, es porque en realidad lo hacemos. Sí, amamos las bodas por cada historia que nos permiten vivir. Por ejemplo, con Sandra y Edgar tuvimos la fortuna de acompañarlos en la celebración de sus bodas de plata y descubrir cómo, 25 años después, su amor se ha multiplicado tanto.

Con ellos confirmamos qué tan fuerte puede ser el amor cuando decidimos enfrentar todo lo que se nos pueda presentar. Descubrimos que el amor no tiene que ser perfecto, pero que tiene que estar cargado de paciencia, perseverancia, entrega, perdón y amor para que dé fruto.

Ellos recordaron y reafirmaron las promesas que hicieron hace 25 años y nos dieron el testimonio de que el amor crece y perdura a través de los años.