Biografía

Soy Gisela Giraldo. Nacida en El Santuario, Antioquia. Comunicadora Social de profesión. Estudiando mi carrera conocí el mundo de la fotografía y me adentré en él como aficionada y apasionada. Al mismo tiempo conocí a quien se convertiría en mi esposo, colega y compañero de vida, Jhon Fredy. Nacido en El Carmen de Viboral y residente en El Santuario desde el 2006. Artista Plástico y Licenciado en Lenguas Extranjeras. Juntos quisimos ser aficionados y amantes de la fotografía. No quisimos buscarla como nuestra profesión, sino que fue la fotografía misma que nos buscó a través de muchas personas que confiaban en nuestras tomas.

Desde el 2015 formalizamos nuestra empresa con mi nombre original. Juntos emprendimos para comprar equipo, asesorarnos, invertir, asistir a talleres, ensayar, equivocarnos y acertar, buscar y viajar. Decidimos compartir nuestro trabajo en las redes sociales y son las mismas que nos han conectado con personas de la región y del país. Nos movemos principalmente en el oriente antioqueño de Colombia, en Medellín y además hemos viajado a ciudades como Barranquilla, Armenia y Bogotá. En casi nueve años hemos crecido como personas, pareja y profesionales. Todo ha sido maravilloso y lo hemos recibido como bendiciones de Dios, a Quien hemos confiado todo.

Siempre hemos creído que no competimos con otros colegas (que tienen un trabajo excelente), solo hemos puesto nuestro trabajo y mirada a servicio de cualquier persona que nos permita ser partícipes de guardar su recuerdo. No nos preocupamos por buscar "clientes" sino que nos adentramos en una amistad con quienes nos contactan. Comprendemos que el contactarnos significa permitirnos conocer parte de su intimidad y significa también una prueba de confianza, pues guardar un recuerdo solo se puede hacer entre amigos o familia. Y es por quienes han confiado en este trabajo que nosotros hemos tenido un sello especial y particular. Todas esas personas han dado identidad a nuestras fotografías.

Nuestro estudio está ubicado en El Santuario, Antioquia, precisamente en nuestra casa. Siempre queremos recibir y atender amigos allí y no en un local comercial. Es un pequeño gesto de confianza el abrir nuestra casa a quienes nos permiten entrar para siempre en su recuerdo.

Dios nos permitió unir nuestras vidas y al poco tiempo llegó nuestra mayor bendición, Josué. Se convirtió en nuestro motivo de lucha y nuestro motor de vida. Él es una fuente de inspiración que transformó la manera de ver las cosas. A finales del 2018 recibimos la anhelada noticia de nuestro segundo bebé a quien esperamos con todo el amor. Y precisamente nuestra vida personal nos permite comprender más a esas familias que nos contactan y fácilmente sabemos reconocer sus intereses y necesidades. Nos apersonamos de sus recuerdos como si fueran propios.

Comprendemos que este camino sigue siendo de aprendizajes, y por nuestros amigos que nos inspiran, nos animan y nos motivan es que cada día queremos ser mejores y seguir trabajando con mucho amor.